PRIMER ENSAYO "LAS 7 LAMPARAS DE LA ARQUITECTURA"

LAS 7 LÁMPARAS DE LA ARQUITECTURA
POR JOHN RUSKIN

La arquitectura es una palabra un tanto difícil de definir, mientras que para algunos es un arte, para otros lo que representa la arquitectura es una actividad con una alta responsabilidad social, que no necesariamente pudiera resultar en un arte, más bien se ve desde un enfoque pragmático.

Walter Benjamin en su libro la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica criticaba el momento actual en el que el arte juega una nueva dinámica de producción, pues consideraba que cada que ésta se reproducía, perdía su alma, por lo que cuestionaba si al ser así, esa pieza seguiría llamándose arte.

John Ruskin, desde el enfoque arquitectónico propone características importantes para lograr que una obra pase a ser arquitectura real, con principios que conlleven a lograr que la arquitectura pueda llamarse obra de arte o arte en su máxima expresión. Gracias a este planteamiento, en Inglaterra y Europa se creó una necesidad y forma de juzgar las obras desde la honestidad y sinceridad de quien fuera autor o creador de la misma, que surgía en la medida que se utilizaran elementos esenciales en la construcción.
Para Ruskin, la arquitectura es el arte que dispone y adorna los edificios. Las características que el plantea son siete, las concibe como lamparas, las cuales simbolizan virtudes o gracias que deberán tomarse en cuenta para generar esta forma de arte:

La lámpara del sacrificio ilumina el esfuerzo extremo empleado en la construcción, es decir, le otorga mayor valor arquitectónico dentro de la construcción con los materiales y la gente empleada que al resultado final de la obra. Es lo que trasciende o lo que lo hace llamarse arquitectura.

La lámpara de la verdad ilumina a la arquitectura frente a dos tipos de engaño: los de tipo estructural, donde la estructura no cumple su función, y los de tipo ornamental, construidos con falsos moldes.

Las mentiras arquitectónicas pueden dividirse en tres: la insinuación de un tipo de estructura o soporte, pintar superficies para representar un material que no es, y el empleo de ornamentos de cualquier tipo.

La arquitectura se representa noble a la medida que se eviten estos recursos falsos, ya que, si no estamos vendiendo o transmitiendo una mentira desde el proceso de nuestras obras arquitectónicas, estaremos generando respeto y honestidad por nuestro propio trabajo.

Con la lámpara del poder, nos dice que hay dos tipos de edificios que impresionan: a los que les guarda cariño por su calidez y suavidad de sus líneas, o los que te hacen sentir pequeño por su imponente escala. Los dos puede que sean bellos y útiles, pero los que imponen son los que demuestran poder y les guardamos respeto; aunque siempre habrá distintas obras arquitectónicas que van desde lo delicado y pequeño a lo intenso y enorme, es ahí en donde esta lampara distingue entre los que nos dan poder y los que no.

Para Ruskin la belleza existe en la naturaleza, por tanto, es responsabilidad del hombre descubrir el orden que proporciona la belleza, abstraerlo y utilizarlo para plasmarlo en sus edificios y construcciones.

La lámpara de la belleza crea proporción y abstracción con el objetivo de lograr un equilibrio para su diseño entre las relaciones de todo el sistema de decoración arquitectónica para lograr la belleza visual y sensitiva.

Lograr que los detalles funcionen como conjunto para visualizar la obra como un todo, es parte de la lámpara de la vida. Se requiere que la arquitectura este viva, que trasmita emociones y que tenga un acomodo a cada necesidad arquitectónica en donde se toma en cuenta el estilo, la forma, el diseño, la decoración, dándole así un sentido de calidez y uniforme, no enfocándonos nada mas en la parte técnica, si no es la intensión que tiene, ¿Qué emoción va a transmitir?, ¿de qué manera va a trascender la obra?. De esto hablaba Walter Benjamin, del alma de cada obra de arte, el arte es un fenómeno vivo, y si no trasmite, no hay arte, y simplemente es una construcción más dentro de algún espacio determinado.

La arquitectura es el medio ideal para transmitir la cultura de un pueblo, así que es la más poderosa de las artes. La lampara de la memoria nos habla acerca de la arquitectura histórica, ya que normalmente contamos con edificios que hacen referencia o datan de años atrás en donde se construyeron por un concepto y significados específicos, los cuales al paso del tiempo se han modificado sin tomar en cuenta el concepto principal, o se crean edificios a los cuales se les etiqueta como históricos, cuando en realidad no tienen un pensamiento previo ni un análisis cultural que pueda sustentar cada uno de sus diseños, que puedan representar a la cultura en la que se encuentra localizado un espacio creado.

La lámpara de la obediencia y de la humildad tiene que ver con el ser creativo, respetando lo que se ha hecho antes. No se debe intervenir en un edificio que ya fue antes echo por alguien más sin antes analizarlo, es decir que cuando tenemos alguna obra arquitectónica la cual queremos culminar o continuar pero no podemos modificar lo que ya está pensando y realizado antes por otra persona sin antes analizar el por qué, ya que si no se convierte en dos estilos y dos significados completamente distintos que no crean un concepto en conjunto y es claro que la sociedad denota esa obra arquitectónica como una mala obra o como un hecho extraño.

Lo que al final puedo concluir es que la arquitectura es algo mas allá que solamente construir, hay todo un proceso detrás.  Estas lamparas nos dan a conocer la importancia de lo primordial en la vida de la construcción y arquitectura, nos llevan de la mano a tener en cuenta y cuestionando ¿qué arquitectura estamos creando?,  ¿para quién la estamos creando?,  ¿cómo queremos que nuestras obras trasciendan a través del tiempo y las personas?. En general me gusto saber acerca de estas lamparas porque aunque es mucha cuestión reflexiva al final te hace entender los puntos claves para un buen desarrollo y una futura practica llena de ética y arte que permitan crear no solo espacios, si no legados históricos.

BIBLIOGRAFÍA:

Walter Benjamin. (2003). La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. s.l: Ítaca.

Ruskin John, (2012). Las siete lamparas de la arquitectura. s.l:Coyoacán 






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